Llovía…. una vivencia · Crónica del 5 de Agosto
Creemos que nuestras actitudes en la vida están marcadas por ideas, convicciones o aspiraciones. Pero son nuestras experiencias concretas, convertidas en vivencias, porque afectan aspectos íntimos y sentidos en la intimidad personal, las que reciben el sello de “nuestras” Esas, dejan una profunda huella en nuestra cabeza y en nuestro corazón.
Hasta el viernes radiante de luz y color, imaginamos la jornada de un modo. Pero amaneció lloviendo. Los expertos auguraban que escamparía a media mañana. Los más cuerdos pensaron que…. Bueno.
La Playa de Algorri nos recordó que allí había restos de rocas de la península de Yucatan) Al parecer consecuencia de la caída de un gran meteorito hace 65 millones de años, aunque la mirada habitual del viandante se fija más en la capilla de San Telmo, donde se celebró la boda de 8 apellidos vascos
Comenzamos, intrépidos y confiados, la subida hasta Elorrixa. Encontramos dos peregrinos catalanes en el camino. Compartimos unos metros. Legábamos al territorio elegido para construir una central nuclear. Pero la movilización popular de sus habitantes logró el desistimiento de Iberduero o el gobierno…tanto monta, monta tanto….
“Qué barbaridad” “Así debería de ser” Nos despedimos: buen camino. Ella iba decidida. Él algo retrasado.
Conocimos que en 1973 Iberduero había comprado 150 Hectáreas de 15 caseríos. Terrenos que tras el desistimiento de la empresa, fueron comprados en 1976 por el Ayuntamiento de Deba y lo declaró Parque Natural y de Servicios Municipales y Sociales, lo que fue refrendado en 1980 por ICONA, como Espacio Natural deProtección Especial (Punta Mendata) Las dificultades económicas del Ayuntamiento, llevaron a la Diputación en 1985 a comprar 33 Hectareas
En Elorrixa nadie dudó. Seguía lloviendo, pero valía la pena continuar. No pudimos ver a la “Andramari” del siglo XIV en la Iglesia de San Sebastián. Nos tuvimos que conformar con un pequeño descanso al abrigo del pórtico.
Mirando los caseríos que apenas se divisan, recordamos un el momento del reconocimiento de los arquitectos como responsables de las obras.
Hasta mediados del siglo XVIII los títulos de maestro de obras, como el de otros oficios, los concedían los gremios, tras los exámenes pertinentes. Por ello los responsables de la construcción de los caseríos eran los maestros de obra. Sin embargo la presión de las instituciones (entre otras Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y la Comisión de Arquitectura), impulsadas por la burguesía, intensificaron sus gestiones para conseguir el desmantelamiento de la estructura gremial y la exclusividad de «los titulados superiores en la proyección, dirección, tasado y medición de las obras».
Tras una ardua y larga polémica, el reglamento de 22 de julio de 1864, supuso el definitivo triunfo de los arquitectos sobre los maestros de obras. Paradójicamente, uno de los gremios más potentes.
Fuimos tomando conciencia de nuestras equivocaciones en la elección del equipamiento, de nuestros olvidos, de nuestras limitaciones, pero nos sentimos a gusto.
La bajada hasta “Sakoneta”, la “residencia secundaria” de algunos eibarreses en los 70 y lugar iniciático de otros, nos acercó a la sinfonía de fondo del ritmo marino.
Momentos compartidos de una íntima satisfacción. Estábamos mojados, pero orgullosos. Alcanzábamos los objetivos y cumplíamos los horarios previstos. Habíamos visto la luz tamizada de las nubes entre los árboles. Contemplábamos el encanto del monte verde y el gris marino. Estábamos inmersos en un espacio de bordes redondeados y las líneas rectas de las rocas que se adentran en el mar.
Algo de comida, un trago, unas fotos del grupo alineadas con la dirección de las rocas del flisch y adelante. Bueno, esperar, enfriaba los cuerpos y la intrepidez impaciente de la juventud, nos limitó sentirlo de un modo pausado.
La lluvia nos acompañaba. Había que seguir. Los primeros ya subían. No todos éramos conscientes de que debíamos de subir hasta “allí arriba”
La dificultad a vencer no era el desnivel, ni la lluvia. El barro se pegaban a las suelas, las zapatillas pesaban más y sobre todo, patinaban hacia atrás. La adherencia al suelo desparecía. Necesitábamos la mano de algún compañero para subir. Las rodillas y los pantalones a la altura de las nalgas comenzaron a tomar el color del barro.
No era fácil progresar. Apenas pudimos disfrutar de las preciosas vistas hacia el acantilado. Alcanzamos la meta con resbalones varios. Nada grave.
Había quien tenía prisa y comenzó el descenso por el camino habitual, cuando la intención era continuar por la loma para bajar directamente a las vías del tren y llegar a Mendata.
En el camino de recuperación de la senda, pudimos conocer el sistema de puestos de avistamiento de ballenas. Interesante. Tras varias peripecias, por fin vimos a nuestros compañeros que bajaban con víveres y compañía. Nuestros cuerpos agradecieron el agua y las naranjas que nos ofrecieron.
Al abrigo del túnel, juntos pudimos comentar el impacto de la llegada del tren en la organización social, la aparición de nuevas profesiones y nos centramos particularmente en los “kalzadoreak”
La aparición de nuevas profesiones: jefes de estación, maquinistas y fogoneros, revisores y guardas (de barreras, agujas, así como de vías y frenos) además de los de agentes de recorrido y enganchadores
La implantación del reloj fue necesaria para coordinar las diferentes horas en los distintos pueblos y se convirtió en referencia única para la vida socio laboral.
El decreto de creación de los “Kalzadoreak” fijaba sus tareas y responsabilidades: “limpiar, rectificar y calzar una vía, reemplazar traviesas y elevar las que se coloquen de nuevo, limpiar y perfilar los pasos, cunetas de todas clases y taludes, cuidar de la limpieza de las obras de fábrica, conservar todos los cerramientos y plantaciones, así como los hilos del teléfono y conocer los Reglamentos”. Asimismo se añadía que “todos los días festivos deberán asistir a misa sin excusa alguna, aún cuando estén de servicio”.
Seguía lloviendo. Y los compañeros que seguían la ruta en coche, nos ofrecieron en la alternativa de continuar en el auto. Pero decidimos continuar. Atravesar el viejo túnel de “Mendata” nos permitió sentir la vivencia de caminar en la oscuridad y recordar el riesgo de apartarse cuando entraba el tren. Pero claro, aquí no llovía, no había barro y el camino era liso. Ventajas. Atravesamos “Tunel txikia” y luego “Aitzuriko” tunela, para llegar a Arranomendi.
Arronamendi fue hasta 1948 capital de la fabricación de adoquines. Son testigos de la dimensión que adquirió el negocio los muros de 20 metros de altura, escondidos en la maleza. En su parte superior que comunica con las bancadas de piedra que bajan hasta el mar, hay montañas de lascas que dan idea de la actividad
El modo de extracción no varió: dinamita en la base de las bancadas y hacer bajar lo que seguía adherido mediante “ziriak”
Al comienzo lo hacían por mar en el lugar “gabarralekua” cuyos cimientos se observan todavía sobre las rocas y desde allí, las barcazas los llevaban hasta los veleros para su transporte. Más tarde con la llegada del tren en 1901 decidieron utilizar el túnel perforado hasta la cima de los muros donde se terminaban. Se troceaba en cuadros adaptados al tamaño deseado y terminaban la faena sobre medias barricas que servían de soporte. Los tiraban hasta la vía del tren y transportaban al puerto de Deba para cargar directamente los barcos.
Aquí se instalaron 6 empresas (Lezama, Txarturi, Txorrotxa, Usaara-aundi, Victor Arteondo, Uzcanga-Berri, Santuaran) que daban trabajo a 100/120 personas, la mayoría extranjeros, muchos portugueses. Entre otros aquí estuvo trabajando José Manuel Lujambio el bertsolari “Txirrita”. Hacían 100 adoquines/dia. Algunos alcanzaron los 200 que se pagaban a 0,10 céntimos peseta, si bién en 1945 se llegaron a pagar 0,17 céntimos. El mercado era el empedramiento de calles y construcción de tejados con las losas. Se vendía en todo el País Vasco, Cataluña, Asturias, Santander. El último mercado fue la construcción de “probalekuak”. También hubo pequeños centros de “adokineruak” en Motriko y Getaria.
Nos pudimos asomar al túnel de “Deba” de 974 metros de largo, que atravesábamos cuatro veces al día para ir a la escuela, hacer las compras o ir a trabajar. Se arremolinan recuerdos de juegos, peligros y sustos de toda suerte.
No paraba de llover. Rodeando la actual depuradora emprendimos la subida a la carretera. Afortunadamente, hay dos tramos con una cuerda de apoyo. Ahora no pesa únicamente el barro sino que el tonus de los músculos decae y cuesta subir. Pasando por “Itziarko Amabirgiña buelta” bajamos hasta el aparcamiento de “La Hilandera”
Una de las leyendas más populares en Deba es la Hilandera. Hay la capilla de San Juan o Hilandera, en la iglesia parroquial de Deba. Juan Venacio Araquistain, escritor debarra, lo recogen 1866 en su “Tradiciones Vasco Cantabras” y más tarde Resurreción Maria Azkue.
Magdalena la madre de 40 años y su hija Catalina vivían en la casa Torre Alos o Casa Zubeltzu (Calle Lersundi) Casa de Don Beltrán Pérez de Alós. De donde “Alos Torrea”
Aparece en las rocas un malherido marinero francés (Gaston de Chatelnaudy) que Peru y kilimon lo quieren ahorcar. Magdalena lo salva….. y gana el corazón de Katalintxu. Cuando llega la carta de su madre que lo reclamaba, Gastón se marcha se marcha de noche y en silencio.
Al conocer Katalin la muerte de Gaston, no se recuepra y muere en brazos de su madre con una sonrisa en sus labios “Katalinatxu, Katalinatxu, Katalinatxu neria, Eramanzazu, eramanzazu, amatxo maitia” Esta canción expresa el tópico del amor único y verdadero. El amor sin límites extendido por los países escandinavos. “Alostorrea bai, Alostorrea, Alostorreko eskallera luzea! Alostorrean nengoanean goruetan. Bela beltza kua kua kua kua leihoetan”
Imanol Larzabal · Alostorretan
https://youtu.be/JFIyGvGW5yQ
Joxan Artze · Alostorrea
Llovía y llegamos a Deba. Son las 14:15.
En 1785 asi se describe Deba: “Tiene Casa de Ayuntamineto magnífica construida su fachada de piedra sillar sobre arcos, con escudos de Armas el rey Nuestro senor. Esta Novilísima Provincia y de esta misma villa. Tres posadas públicas, dos plazas, algunos edificios que denotan antiguedad, dos Arrabales en los dos extremos de la villa, dos Paseos, dos Portales con Armas en el uno. Y vestigios de que en lo antiguo fue cerrada con puetas. Las calles muy bien empedradas ….
Esla villa Monte real de Deva fué trasladada a este paraje en que hoy existe desde el Monte Real de Iziar con todos los privilegios que allá tenían sus pobladores por el rey D. Sancho el IV con el fuero de Viloria, por privilegio expedido en Valladolid en veinte y cuatro de Junio era de mil trescientos treinta y uno, quien erigió en villa a la antiquísima Universidad de lziar y fué trasladada a este el otro sitio en que hoy se halla junto al rio Deva por el Rey D. Alfonso el XI por su privilegio expedido en el Real de sobre Algecira en diez y siete de Junio aJ uc mil trescientos ochenta y uno, y en el término de esta villa de Deva estuvo la antigua ciudad de Tricio Tubolico según Pomponio Mela y Plotanco Príncipe de la Geografla por hallarse otra Ciudad en los Bardulos al oriente del río Deva y los Caristios al poniente de mismo que los pueblos Autrigones eran occidentales a los Caristios hoy pueblos de Vizcaya que se terminan a los márgenes del río Deva, después que los de Iziar se trasladaron con todos sus privilegios de Villa y Parroquia a esta Deva, es redujo la iglesia de Iziar a ermita y a los ciento y cincuenta años largos se volvió a regir en aneja de esta matriz y lo mismo fué sucediendo con las iglesias de Arrona y Mendaro. De modo que los primeros pobladores de Iziar con su primera iglesia formal se hallan hoy en Deva por haberse trasladado desierta aquella tierra con una ermita”
Llegando a Deva nos acordamos del debate de seis años (1895/1901) acerca del trazado del tren lo que ayudó a solucionar, tras el fracaso del marqués de Santillana (Zarautz) el Ministro Fermín Calbetón con la intervención de la Reina. Nos acordamos de Florencio Marquiegui, diputado del PNV, creador de la Escuela Pública, promotor de EUDEL (1934) guardián de los restos de San Ignacio, encarcelado y asesinado en la playa de Barria de Santoña junto al padre de Paco Rabane. Su hermano sacerdote sería afusilado al año siguiente en Hernani. Nos acordamos del filántropo republicano Jose Manuel Ostolaza, creador en Deba de EBEFO (Escuela Biblioteca Emigrantes Manuel Ostolaza) Amigo de Baroja defensor de la teoría de donar el 40% de ingresos para necesidades públicas. Encargó a Aurelio Arteta el cuadro Arteta »Romería Vasca» que José Manuel donó a la Diputación de Gipuzkoa.
Queremos cambiarnos y abandonar nuestras mojadas ropas. Dónde? Los baños están cerrados. Nuestra cabeza no nos permite tomarnos un vino. Dónde está Bordatxo? En un comedor ruidoso comemos todos a gusto. A medida que pasa el tiempo, algunos comensales se marchan y el ambiente es más cómodo.
Llega Jose Mari Izaga, nuestro invitado, ingeniero, experto de máquinas de madera, ha publicado libros sobre antiguos oficios de artesanía vasca, artesanos, colaborador de la Comisión Ciudadana contra el Riesgo Nuclear de Deva y presidente de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago.
Con él hablamos del sentido del peregrino actual, su diversa tipología y comenzamos a decorticar el sentido y la actuación de la Comisión. Descubrimos algunas claves, también válidas para este veranos de 2017. Pero esto excede del propósito de esta crónica que presenta las vivencias de la Junta Directiva de ZarautzOn y acompañantes. La OTA marca la hora de salida para unos, el tren pasa una hora más tarde. Es difícil terminarla tertulia. También pensamos en colaboraciones futuras. Y, en la medida que esta jornada haya cubierto sus expectativas, pensamos que acaso el recorrido del canal de Lastur frente a terrenos del Marques de Saka, nos podría dar pié a una tertulia en Lastur sobre el mundo del toreo con la ayuda de Edurado Garcia, quien recientemente ha publicado “Deba eta Zezenak”
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