JuanjoÁlvarezTTIPEl Tratado de Libre Comercio que se está negociando entre Estados Unidos y Europa (TTIP) genera un gran interés. La falta de transparencia con la que se están llevando a cabo las negociaciones y la escasa información pública disponible no ha hecho sino aumentar el interés de la ciudadanía por informarse a cerca de este acuerdo, que puede cambiar nuestras vidas de una forma tan radical.
Así quedó patente el pasado martes en Zarautz, cuando el auditorio de Antoniano se quedó pequeño para acoger a todas las personas que se acercaron a escuchar la conferencia que ofreció el Catedrático de Derecho Internacinal y premio Eusko Ikaskuntza de Humanidades, Cultura, Artes y Ciencias Sociales, Juanjo Álvarez Rubio. (Se puede ver en video la conferencia pinchando este enlace).
Europeísta convencido, tal y como había anunciado Álvarez ofreció «un punto de vista imparcial pero no neutral«, donde señaló los riesgos de que una liberalización de servicios públicos u otros ámbitos de negociación reduzcan los estándares europeos de protección en materias sociales, de seguridad alimentaria, de protección de la salud, o del medio ambiente.

Dos conceptos de sociedad

«Se parte de una desigualdad de base: dos mercados regulados de una forma totalmente diferente«, indicó, poniendo como ejemplo que en Europa está absolutamente prohibido medicar con antibióticos al ganado o cultivar productos transgénicos. Dos mercados con una concepción de sociedad diametralmente opuesta. «En Estados Unidos, todo lo que no tenga un reto inmediato de efectividad parece destinado a ser prescindible, como la filosofía», resumió.
El catedrático de derecho explicó que el TTIP se está presentando como una vía para teóricamente desregular el comercio, para que haya igualdad de oporTTIPZarautzONtunidades. Sin embargo, los documentos públicos disponibles no son verdaderamente informativos, sino retóricos. Es decir, no recogen claramente las materias sobre las que se está regulando. «Tenemos derecho a saber qué se está negociando en el  TTIP«, afirmó.
El problema radica en que todo tratado internacional prima sobre el derecho interno de un Estado, es decir, el Derecho Europeo prima sobre el del Estado español. Por lo tanto, se debe no solo informar a los ciudadanos sobre qué se está negociando, sino someter su aprobación a una consulta ciudadana. «Es un tratado que orilla derechos que nos ha costado años atesorar. El debate del #TTIP debe estar por encima de ideologías y políticas. Y debe someterse a un referendum«, concluyó.